En una crítica generalizada al Gobierno de Colombia, la industria de la aviación hace un llamado a las autoridades de ese país a reconsiderar la medida que extiende el cierre de fronteras y restricciones al transporte aéreo en ese país hasta el 31 de agosto. En un grado inferior, pero no por ello menos perjudicial, Colombia se convierte en el segundo país de la región, después de Argentina, en ampliar las restricciones a los viajes aéreos y cierre de fronteras.
Desde la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA, señalan que acompañan al Gobierno en este momento complejo en el que la prioridad número uno es y será proteger la salud y seguridad de las personas. Sin embargo, lo anterior no debe ser excusa para detener actividades esenciales para el país como es la aviación y el libre tránsito de las personas por los países. En ese sentido, se advierte un duro impacto en la población por las consecuencias económicas y sociales que esto produce.
“Comprendemos y respetamos el principio de soberanía que rige en cada gobierno y el gran reto que significa garantizar el mejor uso de los recursos disponibles para viabilizar la subsistencia de diferentes sectores de relevancia para el país. Sin embargo, debemos expresar que la medida de extender las restricciones de movilidad hasta finales de agosto genera profunda preocupación ante la necesidad de mantener viable un servicio esencial para la población”, dicen en ALTA.
La decisión del Gobierno de Colombia se interpreta como contradictoria considerando las acciones pro-aviación decretadas, que junto con Brasil son a la fecha países líderes en la región en proveer ayudas a la industria del transporte aéreo. A juicio de ALTA, la prohibición de volar, el no generar ingresos y mantener intacto más del 50% de los costos hace que insostenible la viabilidad de cualquier empresa.
“Esta medida afecta directa y profundamente a toda la cadena de valor de la industria de la aviación que opera en el país y en la región, aerolíneas domésticas e internacionales, aeropuertos, sectores de negocios, comercio, turismo y afines. Millones de empleos están en riesgo, así como la conectividad de Colombia, que es vital para el bienestar económico y social del país”, puntualiza ALTA.
Para la industria, revertir esta medida es urgente considerando la drástica situación de las líneas aéreas colombianas que se encuentran en una situación financiera crítica. Además del proceso de reestructuración de Avianca bajo el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos, firmas como LATAM, Viva Air y Wingo están demandando ayudas al Gobierno para sortear, en la medida de lo posible, el actual escenario.
Sin actividad aérea, la caída drástica en la demanda también impacta a los aeropuertos colombianos. El aeropuerto ElDorado de Bogotá, por ejemplo, está dejando de percibir ingresos y disminuyendo su potencial frente a otros terminales aéreos de Sudamérica y el Caribe que podrían tomar un rol más protagónico a medida que reinicien los vuelos. Algo similar ocurre con los aeropuertos en las distintas de regiones de Colombia, los que no sólo proveen de conectividad interna al país, sino que también favorecen enlaces aéreos más directos con el extranjero.
“Colombia se ha consolidado como el país mejor conectado de América Latina en términos de conectividad internacional intrarregional. Se trata de un hub de pasajeros y carga fundamental para el funcionamiento de múltiples sectores económicos de Colombia y de la región”, agregan en ALTA.
Como consecuencia de la paralización del transporte aéreo, más de 33 mil empleos directos están en riesgos. Además, está en peligro toda la cadena de valor de los viajes y turismo que en conjunto aportan alrededor de 1,2 millones de puestos de trabajo. Las cifras se elevan a medida que se extiende la cadena de abastecimiento, poniendo en riesgo a pequeñas y medianas empresas (PYMES). Si esta es afectada o se ve largamente interrumpida, más difícil será la reactivación de la economía y atender las urgencias sociales.
ALTA insiste que bajo la coordinación regional y global de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), todos los actores del sector aéreo están abocados a desarrollar e implementar un plan de reactivación responsable, armonizada, segura, eficiente y alineada que permita reestablecer las actividades comerciales y un servicio fundamental bajo los más estrictos estándares y requerimientos de salud y seguridad estipulados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las autoridades de salud locales y regionales.
Fotografía portada - Benjamin Concha