IATA y ACI apuestan por la estandarización de protocolos ante la ausencia de un enfoque global

Colocando énfasis en la cooperación entre la industria aérea y los Gobiernos, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) y el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) están embarcadas en asegurar que las medidas preventivas para contener los contagios por COVID-19 sean homogéneas y consistentes en todo el mundo y se adopten en base a evidencia científica. La cruzada representa un desafío político adicional para la aviación, en una crisis cuya característica es la ausencia de un enfoque global de cómo enfrentarla.

Con una Organización Mundial de la Salud (OMS) vacilante en lo que respecta a recomendaciones para prevenir y contener el COVID-19, hasta ahora los países básicamente han adoptado protocolos sanitarios siguiendo a otros, según lo que consideran “la mejor forma” para enfrentar la pandemia. En ese proceso, se cruzan variables científico-sanitarias que dependen de la evolución de la enfermedad y criterios u orientaciones políticas. Dado que el COVID-19 es una amenaza global nueva, la ausencia de enfoque globales podría entenderse como parte de un aprendizaje sobre la marcha ante la necesidad de recuperar lo más rápido posible la actividad económica.

Las dos organizaciones gremiales multilaterales han emitido conjuntamente un documento que establece una vía para retomar el transporte aéreo. Denominado “Reinicio seguro de la aviación – Enfoque conjunto de ACI e IATA, el documento destaca la cooperación entre aeropuertos y líneas aéreas para brindar seguridad sanitaria a los viajeros, aunque ahora la extienden hacia los Gobiernos.

“El sector de la aviación se ha paralizado. Un reinicio y recuperación equilibrados y efectivos depende de la colaboración entre los participantes clave en el ecosistema de la aviación global”, destacan las organizaciones.

Lo que se propone es un "enfoque de capas" asociadas a los distintos procesos de viaje por los que pasa el pasajero. Las medidas deben ser coherentes a nivel mundial y deben estar sujetas a permanente revisión, mejoras y eliminación continua cuando ya no sean necesarias, de manera tal de garantizar la recuperación uniforme de la actividad aérea.

Las medidas consideran que los viajeros prefieran la tecnología para realizar sus trámites de viaje como check-in, obtención de la tarjeta de embarque y entrega de equipaje para reducir las probabilidades de interacción entre personas en aeropuertos. También ponen énfasis en la toma de temperatura, escaneo térmico de las personas, medidas de distanciamiento social y sanitización permanente en los terminales aéreos.

ACI e IATA puntualizan que es en los aeropuertos donde se deben adoptar y estandarizar los protocolos, más que a bordo de los aviones. Lo anterior, responde a la seguridad que los filtros de aire de las cabinas (HEPA) que eliminan el 99,9% de las bacterias y virus que pueden existir en el interior. En los aviones, el aire a bordo se renueva cada tres minutos brindando una máxima seguridad a pasajeros y tripulaciones. “Basado en informaciones analizadas, el riesgo de transmisión del COVID-19 de un pasajero a otro a bordo es muy bajo”.

Como medidas preventivas para reducir las probabilidades de contagio, las dos organizaciones representantes de los aeropuertos y las líneas aéreas respaldan el uso de mascarillas en terminales aéreos como a bordo de los aviones. También concuerdan en que los “carnet o pasaportes de inmunidad” podrían jugar un rol importante. Los pasajeros recuperados del COVID-19 y que obtengan estos documentos no debieran utilizar mascarillas o barbijos. ACI e IATA también apoyan el testeo masivo, pero difieren de su aplicación en los terminales aéreos dado que los test rápidos no son confiables.

Dado que los pasajeros ya pasan por controles sanitarios en los aeropuertos de salida, los controles al momento del arribo no son necesarios. Destacan que el escaneo de temperatura masivo no siempre es confiable, por lo que recomiendan mantener medidas de distanciamiento social. Sólo si se requiere, se puede aplicar la toma de temperatura a algún pasajero manteniendo el apropiado distanciamiento por un personal debidamente entrenado.

Enfoque de capas de IATA -Infografía IATA

ACI e IATA son miembros del Grupo de Trabajo de Recuperación de la Aviación COVID-19 (CART) establecido y dirigido en el Consejo de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). CART permite la colaboración entre Gobiernos y entre estos y la industria aérea. Por consiguiente, seguir sus recomendaciones son fundamentales para garantizar la armonización y coherencia de las medidas que se imponen.

“Los aeropuertos y las líneas aéreas se han unido con la OACI y la industria de la aviación en general para abordar el desafío más grande que haya enfrentado la aviación comercial para reiniciar una industria global mientras continúan deteniendo la propagación de COVID-19”, expresa Angela Gittens, directora de ACI.

“La seguridad es siempre nuestra principal prioridad y eso incluye la salud pública. Restaurar la conectividad aérea es vital para reiniciar la economía global y volver a conectar a las personas”, agrega Alexandre de Juniac, director y CEO de IATA. “Nuestro enfoque de medidas en capas recomendadas por los aeropuertos y las aerolíneas salvaguarda la salud pública al tiempo que ofrece un enfoque práctico para un reinicio gradual de las operaciones”.

La cooperación con los Gobiernos es fundamental para retomar la actividad aérea y devolver la confianza a los pasajeros. Más que discursos y declaraciones de buenas intenciones, se pone énfasis en la necesidad de voluntad política de autoridades y funcionarios en la adopción de protocolos estandarizados a nivel global.

En Chile, a fecha de hoy, los aeropuertos y aeródromos no poseen protocolos estandarizados debido a las autonomías que tienen las autoridades regionales del Ministerio de Salud (SEREMIs). La falta de un enfoque uniforme y consistente comienza a generar preocupación en la industria aérea y entre los viajeros, quienes a veces no comprenden la razón de las diferencias o redundancias de los controles sanitarios.

Fotografía portada - Simón Blaise

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