Air France retira el A380, pero abre oportunidades para mayor estandarización de la flota de larga distancia

Con el fin de ajustar la capacidad a los niveles de demanda a corto y mediano plazo, además de atender la necesidad de reducir costos, Air France – KLM Group anuncia el retiro inmediato del Airbus A380 de la flota de Air France. Inicialmente, la desprogramación de estos aviones estaba fijada para 2022, pero el escenario inmediato que impone el COVID-19 obliga a intensificar medidas para la simplificación como es la aceleración del retiro de aviones más antiguos y menos eficientes.

De una operación original de 10 A380, actualmente Air France mantiene nueve en servicio tras el retiro del primer ejemplar. Cinco de estos aviones son de propiedad de la compañía, mientras los restantes cuatro están en leasing operativo. Desde su incorporación en octubre 2009, los 10 ejemplares se utilizan en rutas de larga distancia y alta densidad como Shanghái (PVG) en Asia, Ciudad de México, Los Ángeles y Nueva York (JFK), en Norteamérica, o Abidjan o Johannesburgo en África.

La desprogramación del A380 no sorprende. Como la propia compañía informa en julio 2019, su salida estaba planificada para un periodo de dos años más, tiempo considerado adecuado para definir su reemplazo. Con el escenario que impone el COVID-19 y la drástica caída en la demanda, este periodo se mantiene, aunque con una menor presión.

Dos factores son determinantes en la salida de la flota: los costos operativos y las limitaciones que tiene la propia Air France para rentabilizar sus operaciones en un escenario marcado por la alta competencia, la incertidumbre global y el surgimiento de nuevos modelos de negocios en las líneas aéreas. El caso difiere de resultados como el de Lufthansa o IAG que en la misma región (Europa) obtienen los yields más altos por centavos de dólar / RPK (c/RPK). Según Bloomberg (09/02/2019) la línea aérea alemana posee 11,0 c/RPK e mientras el holding británico-español 9,0 c/RPK.

Fotografía Air France

“Con cuatro motores, el A380 consume un 20-25% más de combustible por asiento que los aviones de larga distancia de nueva generación y, por lo tanto, emite más CO2”, puntualiza Benjamin Smith, CEO de Air France – KLM Group, en julio 2019. El directivo menciona un aumento de los costos de mantenimiento más la necesidad de retrofit que reducen el atractivo económico del avión. De hecho, Air France decide no incorporar al A380 en la reconfiguración de interiores. A lo anteriormente, mencionado, se agrega el término de la producción del avión por parte de Airbus.

El retiro del A380 abre oportunidades para la estandarización de la flota de larga distancia con nuevos equipos de última generación. Una de las ventajas es la posibilidad de transportar una cantidad similar de pasajeros en rutas de igual o mayor distancia.

Entre los aviones que emergen como reemplazo están el A350-1000 por la comunalidad que tiene con el modelo -900 ya incorporado por Air France, y el Boeing 777-9, por ser la evolución directa del B777-300ER. Hasta antes de la crisis COVID-19, el modelo de Airbus corría con cierta ventaja por la comunalidad y disponibilidad más inmediata, pero el contexto actual iguala las posibilidades para el equipo estadounidense dado la recuperación de la demanda.

Por el momento, Air France – KLM Group señala que la eliminación de los Airbus A380 se ajusta a la estrategia de simplificación de la flota para hacerla más competitiva y de mayor rendimiento con una reducción significativa huella ambiental. El impacto de la desprogramación está estimado en €500 millones que se registrará en el reporte financiero del segundo trimestre 2020 como un costo/gasto no corriente.

Mientras se define el reemplazo en el mediano plazo, el holding franco-holandés dice que el “A380 será reemplazado por aviones de nueva generación, incluidos el A350 y B787, cuyas entregas están en curso”. Por consiguiente, no se afectaría la red y operación asignada a los B777.

Fotografía - Air France

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