Thai va a reestructuración preventiva tras de siete años de pérdidas

Con el fin de preparar una recuperación de la compañía tras años de pérdidas consecutivas, Thai Airways se encamina a la reestructuración a través de un Tribunal de quiebras. La decisión viene luego de que un panel del Gobierno diera un respaldo al plan de recuperación.

Similar al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos, la reestructuración bajo esta fórmula no es lo mismo que declararse en la bancarrota y esperar la liquidación de la compañía. Las autoridades estatales de Tailandia son enfáticas en señalar esto como parte de una transición de la línea aérea. De hecho, Thai continuará operando una vez que se levanten las restricciones gubernamentales decretadas para contener el COVID-19.

“El comité acuerda en principio que Thai Airways ingrese al proceso de reestructuración”, expresa Narumon Pinyosinwat, vocera del Gobierno tailandés, tras comentar la decisión del equipo que supervisa las políticas para empresas estatales.

El Reino de Tailandia considera proteger a la principal línea aérea del país luego de que la crisis que impone el COVID-19 en todo el mundo agravara la situación financiera y liquidez de la empresa. El escenario es similar al de South African Airways, aunque en este caso no hay suspensión de operaciones, a excepción de aquellas paralizadas por las restricciones de viaje asociadas a la pandemia. “Thai Airways no se disolverá ni entrará en liquidación ni se declarará en quiebra”, dice Chakrit Purnakul, presidente interino de la línea aérea.

Thai posee deudas históricas por más de US$2,9 mil millones. Antes de la crisis sanitaria, venía enfrentando problemas de liquidez creando dificultades adicionales para mantenerse competitiva en el nuevo escenario. Además de atender su red comercial, la compañía también realiza algunos servicios pese a la baja rentabilidad.

En términos de competencia, debe sortear los aumentos de capacidad de parte de sus competidores entre los que destacan las líneas aéreas globales desde el Medio Oriente, como Emirates, Etihad, Oman Air y Qatar Airways, además de Singapore Airlines, y la creciente oferta de las líneas aéreas de bajo costo y tarifas bajas (LCC, por sus siglas inglés) como Air Asia, Jetstar, entre otras.

Thai es de propiedad mayoritaria del Estado (51%), específicamente del Ministerio de Finanzas. Sin embargo, consideran que, una vez completada la reestructuración, la empresa podría desprenderse del aparato público, aunque su actual sostenedor no actuaría como garante de las deudas que se mantengan en ese caso.

Actualmente, la que es una de las fundadoras de Star Alliance no realiza vuelos a excepción de algunos chárter para efectos de repatriación y operaciones domésticas específicas para apoyar el transporte de carga del sector agricultor. Según la Autoridad de Aviación Civil de Tailandia (CAAT), los vuelos internacionales regulares desde y hacia ese país están prohibidos hasta el 30 de junio.

Si bien desde julio se podría retomar la operación, en la línea aérea dicen que la reanudación de vuelos todavía está “en consideración”. Aseguran que están monitoreando la situación de la pandemia, la evolución de las medidas preventivas y los bloqueos que imponen los Gobiernos en cada país, además de las condiciones de la demanda a medida que mejora la situación del COVID-19. Mientras tanto, están implementando protocolos para cuando decidan reanudar los servicios de pasajeros.

La flota de Thai está conformada por 15 Airbus A330-300, 12 A350-900 (tres en servicio), seis A380, ocho Boeing 747-400, seis B777-200ER, 16 B777-300ER (cuatro en servicio), seis B787-8 y dos B787-9.

Fotografía portada – Airbus

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