Azul posterga la entrega de aviones y se enfoca en la reestructuración

Con pérdidas por US$1.000 millones en el primer trimestre, Azul Linhas Aéreas está estudiando una serie de medidas para ajustar su operación y garantizar la continuidad de la compañía. A pesar de reconocer la crisis más grande de toda la historia, su presidente, David Neeleman, se muestra confiado de que la compañía podría salir adelante gracias a la flexibilidad de su modelo de negocio.

Una de las primeras acciones tomadas es el retraso de la entrega de 59 Embraer E195-E2 del periodo 2020 -2023 hasta 2024 con el fin de no comprometer gastos que la compañía no necesita incurrir ante la crisis de liquidez. Actualmente, Azul tiene en su flota cinco de estos aviones en servicio.

John Rodgerson, CEO de Azul, dice que el acuerdo alcanzado con Embraer es un componente del plan para sortear la crisis. El retraso en las entregas se realizan sin penalización, por lo que consideran que hay un beneficio mutuo para ambas partes. “En el largo plazo, está en el interés de Embraer tener una Azul fuerte”, agrega Neeleman.

Tras alcanzar un acuerdo con el fabricante brasilero, la línea aérea busca ahora lograr un acuerdo similar con Airbus para retrasar las entregas hasta los próximos años. “Azul no tomará ningún avión que no necesita”, exponen los ejecutivos.

De acuerdo con datos de la industria al 30 de abril. Azul posee 33 ATR 72-600, 40 A320neo, tres A321neo, ocho A330-200, dos A330-900, dos Boeing 737-400SF, seis ERj190 y 47 ERj195. Si bien en Brasil siguen con los vuelos domésticos, la crisis del COVID-19 y las medidas adoptadas por los Gobiernos han paralizado gran parte de las operaciones, incluyendo todas las internacionales, aunque algunos han apoyado labores de repatriación con vuelos chárter. Hoy la mayoría de los vuelos se están realizando con la flota Airbus (21 unidades) y en menor medida la de ATR 72-600.

Operacionalmente, realizan 118 vuelos diarios a 38 destinos en comparación a los 950 vuelos previos a la crisis a 116 ciudades dentro y fuera de Brasil. El número ha ido aumentando después de abril gracias al apoyo del Gobierno brasilero para desarrollar una red esencial de transporte aéreo. Azul, junto a GOL y LATAM han garantizado operaciones a las capitales estatales y a una veintena de ciudades. En términos generales, tiene un ajuste de capacidad a la baja del 92%. Para junio esperan llegar a una contracción de entre 75% y 85%, respecto a los niveles previos a marzo.

Neeleman dice que por ser una compañía aérea relativamente nueva, con una estructura más simplificada y flexible, Azul “no sufrirá efectos negativos a largo plazo” cuando el transporte aéreo mundial se recupera. Apela al efecto de resiliencia del sector y a las ventajas que tiene la empresa de operar mercados domésticos que serán los primeros en recuperarse y a una menor exposición de la línea aérea en comparación con sus competidores.

Sin embargo, la recuperación será muy gradual y prácticamente estable durante el presente año. Si para junio esperan operar al 25%, la estimación para diciembre no pasa más allá del 40%. Se infiere un impacto directo de la pandemia en Brasil, al ser el país de la región con mayor cantidad de contagios.

Fotografía: Ricardo Delpiano

A corto plazo, busca reformular el negocio aprovechando la alta valoración de la marca. En paralelo, se minimizan los gastos para preservar la liquidez. Con la reducción de operaciones, el 78% de la planta laboral correspondiente a 10.500 empleados se encuentran suspendidos temporalmente o bajo el régimen de vacaciones sin goce de sueldo. Para el segundo trimestre, esta acción permite reducir en un 50% la demanda salarial.

Pensando hacia el futuro, Azul aprovecha su flota para diseñar nuevas rutas y distribuir mejor la capacidad según la demanda, aunque pueden haber casos temporales por la contingencia actual. También está impulsando los servicios de carga como mecanismo para generar ingresos inmediatos debido a la paralización del transporte aéreo de pasajeros. En esa línea cobra fuerza la adquisición anterior de los B737-400SF y ahora de la firma regional Two Flex por US$20 millones anunciado en enero. Two Flex opera 17 Cessna Grand Caravan en vuelos de pasaje y carga a 39 destinos de Brasil. En el 1Q2020, los ingresos de carga aumentan en 39% y la aerolínea dice que ve un “potencial de desarrollo”.

Azul dice que al cierre del 1Q2020 disponía de R$6,7 mil millones (US$1.145 mil millones), pero se espera que se reduzca a menos de la mitad a fines de mayo.

Fotografía portada – Azul

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