Iberia señala que dejar el asiento central vacío no da “mayor seguridad”

Haciendo referencia a que no existe evidencia científica comprobable de que los aviones modernos representan un riesgo de contagios, Iberia critica la medida de dejar el asiento central desocupado para operar bajo la “nueva normalidad” que pone el COVID-19. La línea aérea defiende su decisión frente a la percepción colectiva impuesta por la idea del distanciamiento social.

En medios de prensa en España, la compañía dice que la opción de dejar vacío el asiento del medio no da “mayor seguridad” y poco contribuye en efectividad a la prevención del COVID-19. Se infiere la instalación de un concepto errado de sensación de seguridad con medidas que no aportan, además de profundizar la crisis que enfrenta el transporte aéreo y amenaza a miles de empleos en todo el mundo. En ese sentido, adhiere en su totalidad a las recomendaciones de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) y también a opiniones de Airbus.

“Tanto la industria, con IATA a la cabeza, como el fabricante Airbus, han expresado recientemente que el bloqueo del asiento central es una medida que no es necesaria para dar mayor seguridad, pues el avión ofrece unas características específicas que hacen que el riesgo de contagio sea bajo”, declara Iberia. “A diferencia de otros transportes públicos, en la cabina de los aviones el aire se renueva cada tres minutos y la utilización de filtros HEPA elimina virus y bacterias con una efectividad del 99,99 por ciento”.

Como todas las compañías aéreas y aeropuertos, Iberia refuerza sus planes de limpieza y sanitización de los aviones, además de obligar a sus pasajeros a portar y utilizar mascarillas en lugares públicos y durante el viaje en avión como medida preventiva para reducir el contagio. “La industria, fabricantes y otros organismos, recomiendan medidas como el refuerzo de la limpieza del avión, el uso de las mascarillas o la reducción de movimientos dentro del avión, medidas que se están aplicando en todos los vuelos del grupo”, agregan.

Junto con profundizar en la limpieza, se ha modificado y simplificado el servicio a bordo para reducir el contacto. Las revistas, menús, catálogos, y ventas a bordo se han eliminado, al menos temporalmente. En los aviones, se ha reforzado la dotación de jabón y alcohol gel con el fin de estar en sintonía con las recomendaciones sanitarias. “El lavado frecuente de manos es la medida de prevención más eficaz”.

Iberia agrega que cada equipo, herramientas, vehículos e instalaciones en los aeropuertos están pasando por exhaustivos procesos de sanitización. También se han cambiado procedimientos de embarques, colocado mamparas divisorias en los aeropuertos y se recomienda a los pasajeros priorizar la tarjeta de embarque móvil para reducir el contacto entre personas.

La línea aérea española resalta el valor de la información, concientización y prevención como medidas más adecuadas para la prevención del COVID-19. Una acción directa y en contra de la “información popular” que puede generar confusiones. Esto lo aplica tanto con sus empleados como con los clientes.

Iberia e Iberia Express van más por una política más de flexibilización en la ubicación de las personas a bordo del avión en lugar del bloqueo del asiento del medio, aprovechando los bajos niveles de ocupación presentes por estos días. Su postura va más en la línea de Air France, KLM, Ryanair y la mayoría de las compañías aéreas del mundo. Ryanair incluso ha ido más allá. Dice que “es ineficaz” y que no volará a aquellos países cuyas autoridades impongan la obligatoriedad de bloquear el asiento del medio.

Actualmente, Iberia e Iberia Express están ofreciendo un mínimo de vuelos, principalmente dentro de España y Europa. “En todos los casos cumplen las indicaciones del Real Decreto del Estado de Alarma”, resaltan. Ambas compañías resaltan que tienen “un muy buen factor de ocupación” pese a la emergencia. Los vuelos internacionales, por el momento, no se realizan a excepción de los coordinados con el Ministerio de Asuntos Exteriores para fines de repatriación.

Fotografía portada – Ricardo J. Delpiano

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