Con pérdidas por €1 millón por hora y en medio la mayor crisis aeronáutica de toda la historia, con un escenario que impide cualquier proyección a corto plazo, el Gobierno de Angela Merkel muestra su disposición a ayudar a Lufthansa. La postura se interpreta como un reconocimiento explícito que hace Alemania a la industria de la aviación como actor estratégico para el país, además de adoptar un carácter igualitario tras la disposición a otorgar de créditos a Condor.
Alemania se dispone a entregar ayudas por montos de €10.000 millones a Lufthansa Group. De ese monto, la mitad estaría destinado a adquirir participación de hasta un 25,1% o con garantías de dividendos en un 9,0%. El resto, corresponderían a créditos avalados por el Gobierno federal. Todavía no existe un pronunciamiento oficial. Según la prensa en Alemania, gobierno y línea aérea estarían discutiendo los términos y formas de las ayudas.
Lufthansa es tajante con el Gobierno de Alemania. No acepta intromisiones políticas en decisiones empresariales. Carsten Spohr, CEO del holding alemán que controla a Lufthansa, Austrian, Swiss, Brussels Airlines y Eurowings, declara que esta crisis es culpa de factores externos y no por problemas empresariales. En una estricta posición señala que lo que necesita la línea aérea es apoyo gubernamental no injerencia gubernamental en una gestión netamente empresarial. Uno de los comentarios más estrictos es sin duda que estaba dispuesto a “dejar quebrar a Lufthansa” antes de aceptar una gestión política.
Las palabras Spohr se asocian directamente con los casos complejos que involucran a otras líneas aéreas participadas por los Estados donde decisiones políticas priman en la gestión las que no siempre son responsables con el contexto en que funciona el transporte aéreo o la realidad de la propia compañía. Como ejemplo están los casos de Alitalia –del cual Lufthansa Group desiste de participar-, South African Airways que con nueve administraciones distintas en corto periodo no logra sobrevivir, posibles nuevas exigencias medioambientales en Francia y Holanda a Air France – KLM Group o Aerolíneas Argentinas, como uno de los más emblemáticos en América Latina.
Además de Alemania, Lufthansa Group se encuentra en conversaciones con los Gobiernos de Austria, Suiza y Bélgica para obtener ayudas económicas o medidas de apoyo a la industria para enfrentar la crisis que impone el COVID-19. No se descarta que una eventual participación del Estado alemán pueda influir en sectores políticos de los otros países presionen a sus gobernantes a tomar participación en las líneas aéreas, lo que podría afectar la composición y decisiones del grupo.
Por ahora, la disposición de la administración Merkel mantiene una línea igualitaria con las dos principales compañías aéreas alemanas. Tras el fracaso de la compra de Condor por parte de Polish Aviation Group (PGL) y la crisis del COVID-19, Alemania entregará créditos por €550 millones a la aerolínea chárter y de vuelos turísticos para asegurar su continuidad. Sin embargo, ante la posibilidad de que Condor quedase del grupo controlador de LOT, sectores políticos en Alemania mostraban la disposición a que el Estado adquiriese la empresa. PGL proponía inyectar €300 millones a Condor.
Por ahora, la fórmula de Alemania de participar o ayudar a las líneas aéreas está en línea con los principios que promueve la industria en relación a fórmulas políticas. “Cualquier tipo de apoyo que den los Gobiernos son muy bienvenidos, pero tienen que ser transparentes y en igualdad para todas las compañías aéreas. No puede haber favoritismos hacia una compañía por sobre otra. Lo que se pide es el apoyo hacia la industria, no hacia una empresa”, dice Peter Cerdá, vicepresidente de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) para las Américas, tras ser consultado en Chile por Aero-Naves.
Fotografía portada – Lufthansa