Reconociendo un entorno altamente incierto por el escenario que impone la extensión de la pandemia del COVID-19 en la región, LATAM Airlines considera que la demanda tardará “más tiempo” en recuperarse y que el proceso será “más lento” de lo inicialmente previsto. En ese sentido, la mayor línea aérea de América Latina estima que recién a diciembre podrá recuperar hasta el 70% de sus operaciones, aunque advierte la posibilidad de alcanzar sólo el 50% de los vuelos.
En su exposición ante la Junta de Accionistas, Roberto Alvo, CEO de LATAM Airlines, señala que Latinoamérica es una de las regiones más afectadas por el COVID-19 lo que se ratifica con la información proporcionada por la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA). Existe un impacto importante en los ingresos con una pérdida de 41% equivalente en US$15 mil millones respecto a 2019 siendo la segunda región más afectada a nivel mundial después de Europa.
“La industria se encuentra prácticamente detenida. Esto por las medidas sanitarias impuestas por muchos países, los cierres de fronteras y restricciones de vuelos domésticos, y la casi total desaparición de la demanda. Esta crisis es por lejos, la peor de la industria aérea en sus más de 100 años de historia”, puntualiza.
Para LATAM el impacto de la crisis está en sintonía con la evolución de la pandemia en la región. El 03 de marzo, la compañía suspende sólo la ruta Sao Paulo (GRU) – Milán (MXP) con una afección de menos del 1%. Sin embargo, el deterioro del escenario se extiende durante el mes en el cual la operación se reduce al 85% al día 12, 30% a la quincena hasta llegar al 5% representado sólo por los vuelos domésticos en Brasil y Chile.
“No sabemos con certeza cuánto tiempo durará la crisis, cuán profunda será y de qué manera se recuperará la demanda”, enfatiza Alvo. “Es tremendamente difícil predecir la demanda para la segunda mitad de 2020. No será superior al 70% a nuestra operación previa y puede ser que sea incluso de un solo 50%”.
Ante el alto grado de incertidumbre, LATAM reitera su compromiso con volar en aquellos lugares donde se les permite y en la medida que la demanda lo justifique con el fin de mantener la conectividad de los países. Para enfrentar la crisis, la compañía está priorizando sus acciones en función de dos objetivos: preservar la liquidez para asegurar la continuidad futura y transformar la compañía.
“La crisis está afectando gravemente la situación financiera de LATAM. Estamos obligados a tomar decisiones rápidas y contundentes”, señala el CEO de la línea aérea. Destaca que la crisis se inicia con una buena posición de caja con US$1.500 millones en efectivo más US$600 millones en líneas de crédito, montos que ya han sido girados.
Respecto a los lineamientos generales, LATAM Airlines Group está trabajando en transformar la compañía para adecuarse rápidamente al periodo posterior a la pandemia. En esa línea, está inmerso un programa de reducción de costos, cambios en la forma de operar, búsqueda de mayores eficiencias y ser creativos para cumplir el rol social que la aviación tiene. Las medidas de urgencia están orientadas redimensionar a LATAM, conversar con los Gobiernos respecto a medidas de ayuda a la industria aérea, refinanciamiento y venta de aviones propios y procurar holgura con proveedores y acreedores.
Ante la reducción de capacidad y la dificultad que enfrentan las líneas aéreas para retomar sus niveles de operaciones previo al escenario COVID-19, Alvo señala que están en conversaciones con los fabricantes para diferir las entregas de nuevos aviones. LATAM ya había diferido entregas de seis equipos para el año pasado y este año tiene pendientes de entrega tres equipos de la familia A320neo y dos Boeing 787-9. “La compañía no necesita esos aviones en este minuto. Estamos trabajando para diferirlos”, expresa.
El máximo directivo de LATAM añade que la aviación está inmersa en una coyuntura sin precedentes y es difícil predecir cómo serán los próximos meses. A diferencia de otras crisis, para los próximos años se visualizan cambios significativos a nivel industrial con distintas líneas aéreas y los apoyos que tienen.
Fotografía portada – Simón Blaise