Después de dos años de negociaciones y mutuas aprobaciones, Boeing informa el término de las negociaciones para establecer un negocio conjunto (JBA, por sus siglas en inglés) con Embraer. La asociación de ambos fabricantes consideraba fortalecer las líneas de negocios para los aviones de línea aérea del fabricante brasilero y crear otra empresa para el programa de transporte militar KC-390.
El acuerdo para que ambas partes consideraba que al 24 de abril se debía cumplir con los compromisos acordados, plazo que podía extenderse por un tiempo adicional si cualquiera de las partes lo solicitara bajo el cumplimiento de ciertas condiciones. Tras acusar un incumplimiento por parte del fabricante brasilero, su par estadounidense ejerce su derecho a retracto suspendiéndose el futuro JBA.
“Boeing ha trabajado diligentemente durante más de dos años para finalizar su transacción con Embraer. En los últimos meses, hemos tenido negociaciones productivas, pero en última instancia infructuosas sobre condiciones del acuerdo insatisfechas. Todos buscamos resolverlos antes de la fecha de finalización inicial, pero no fue así", expone Marc Allen, presidente de Embraer Partnership & Group Operations.
Información extraoficial, señalan que Boeing habría enviado propuestas a Embraer para prorrogar el plazo y lograr en un plazo próximo el JBA con el cual esperaba mejorar su posición competitiva frente a Airbus. “Es profundamente decepcionante, pero hemos llegado a un punto en que la negociación continua dentro del marco del acuerdo no va a resolver los problemas pendientes”, puntualiza Allen.
Boeing y Embraer confiaban concretar su alianza antes de que finalice 2019. Con gran parte de los visados gubernamentales y económicos, el cierre de la operación estaba sujeto al cumplimiento de los términos del acuerdo y a las últimas aprobaciones regulatorias, específica de la Comisión Europea por estar bajo una investigación de competencia.
Mediante esta asociación, Boeing esperaba enfrentar a Airbus en su ingreso al mercado de aviones de menos de 150 asientos. Con la totalidad de la propiedad del programa A220 y un auge significativo de las ventas en los últimos años, el fabricante europeo queda como líder absoluto en este segmento conocido popularmente como “regional” con una aeronave altamente versátil capaz de atender rutas de muy corto alcance como rutas medias con una capacidad competitiva y alta eficiencia.
El término del JBA supone un impacto importante para Boeing frente a su rival más directo y un escenario más complejo considerando los desafíos pendientes que tiene con la recertificación y reposicionamiento del programa B737 MAX. El impacto mayor es sin duda para Embraer y su programa E2 en un escenario a corto plazo menos favorable en el cual se esperan aplazamientos de las entregas de nuevos aviones y menos pedidos de equipos con menos de 100 plazas.
A nivel general, las aeronaves con una capacidad inferior a los 150 asientos y específicamente bajo los 100 asientos, viven un momento de transición considerando el desarrollo de rutas medias, el crecimiento del mercado y la búsqueda de una mayor sostenibilidad de los negocios por parte de los operadores aéreos, dentro de lo cual se incluye también la homogeneización de las flotas. En ese sentido, se entiende que proyectos de nuevas generaciones de aeronaves hayan tenido un resultado más lento a lo inicialmente esperado. De esa realidad, nacen la consolidación en este segmento de la industria con el fin de fortalecer iniciativas comerciales para dar viabilidad a los distintos proyectos.
El JBA valoraba el 100% de las operaciones de aviación comercial de Embraer en US$4.570 millones y en US$3.800 las de Boeing. Las estimaciones de ambas partes consideraban un aumento del beneficio por acción del fabricante estadounidense a partir de 2020 por la generación de sinergias en costos por hasta US$150 millones anuales sin considerar impuestos a partir del tercer año.
Fotografía portada - Simón Blaise