Apelando a las fuertes restricciones de viajes impuestas unilateralmente por los Gobiernos por la masiva propagación del COVID-19 por todo el mundo, Norwegian ha declarado la quiebra para cuatro de sus filiales encargadas de proporcionar pilotos y tripulantes de cabina. La decisión fue tomada por los consejos administrativos de Norwegian Pilot Services Sweden AB, Norwegian Pilot Services Denmark ApS, Norwegian Cabin Services Denmark ApS y Norwegian Air Resources Denmark LH ApS como parte de medidas de reducir los costos en un holding que viene afectado desde hace años por numerosas pérdidas.
“El impacto que el coronavirus ha tenido en la industria de la aviación no tiene precedentes. Hemos hecho todo lo posible para evitar tomar esta decisión de último recurso y hemos solicitado acceder a apoyo gubernamental tanto en Suecia como en Dinamarca”, declara Jacob Schram, CEO de Norwegian.
La medida afecta directamente a 4.705 personas cuyos impactos varían dependiendo de cada país. Por ejemplo, en Noruega la compañía señala que el Gobierno de ese país corre con todos los costos salariales durante el periodo de suspensión, pero dicha medida no existe en Suecia ni en Dinamarca. Del total señalado, 1.571 son pilotos y 3.314 son tripulantes de cabina. Otros 700 pilotos y 1.300 tripulantes de cabina con bases en Noruega, Francia e Italia no se verán afectados, siempre y cuando no se tomen medidas adicionales. “El proceso de las filiales que presentan concurso está siendo administrado por los tribunales y administradores concursales de los respectivos países”, declara el holding.
Si bien las filiales mencionadas en Dinamarca y Noruega están ahora en quiebra, las consecuencias van más allá de esos países, ya que el holding aeronáutico cancela también contratos con OSM Aviation, otra firma encargada de proveer tripulantes a la línea aérea de varias filiales con base en España, el Reino Unido, Finlandia, Suecia y los Estados Unidos.
La medida adoptada es consecuencia del arrastre de una situación financiera altamente complicada arrastrada durante años de pérdidas y expansión a gran escala por diversos países, incluyendo Argentina, como primera incursión en América Latina. La paralización del Boeing 737 MAX agrava dicha situación y la actual detención de la industria, representa un “golpe letal” para la continuidad de la empresa. Actualmente, casi el 85% de los vuelos de Norwegian están detenidos y se ha suspendido al 90% de los trabajadores.
“Casi todas las operaciones de vuelo de Norwegian han sido canceladas, mientras que los costes de las tripulaciones permanecen”, dice la línea aérea. “Desafortunadamente, a pesar de las medidas que la compañía ya ha implementado para reducir costes, a los consejos de administración de estas filiales no les queda más remedio que solicitar el concurso”.
La quiebra de las cuatro filiales anticipa una próxima reducción importante de la capacidad operativa en distintos países, siempre y cuando, en el escenario más inmediato logre una pronta reactivación de los vuelos. Se infiere que bajo el escenario actual y ante las pérdidas arrastradas por el holding por años, otras firmas del grupo están también bajo la amenaza de un cierre.
Norwegian es la marca del holding que integra a varias empresas asociadas que incluyen a líneas aéreas, empresas de contratación y administración de tripulaciones, de servicios, propiedad y arriendo de aeronaves. Además de las compañías que ahora están en quiebra, están Norwegian Air Shuttle que hace los vuelos en Europa, o las firmas basadas en Irlanda e Inglaterra encargadas de las operaciones hacia los Estados Unidos y el sudeste asiático. Bajo esa misma lógica funcionaba la filial en Argentina, adquirida recientemente por JetSMART.
La fórmula permite una rápida expansión al aprovechar ventajas legislativas de algunos países para obtener permisos de vuelos o eventuales beneficios tributarios, por mencionar algunos. Sin embargo, esta política es criticada por sectores específicos por obviar ciertos temas como los laborales que se exigen en unos unos Estados y no por otros.
El holding espera poder salir de la crisis. Para ello, demanda un mayor involucramiento de los Gobiernos con medidas de ayuda a la industria aérea, acción que no ha estado exenta de críticas, especialmente ante las ayudas que entregarían los países escandinavos a SAS y no a todas las empresas de aviación que operan en sus países.
Apelando al vínculo nacional, el holding se apoya por ahora en las declaraciones del Gobierno de Noruega que ha declarado a la línea aérea como “esencial” y en la posibilidad de obtener ayudas equivalentes a €250 millones. En paralelo, tiene implementado un plan de reconversión de deuda en acciones con el que pretende cerrar acuerdos con distintos acreedores para aliviar en la medida de lo posible la situación financiera. “Estamos trabajando día y noche para superar esta crisis y volver con una Norwegian más fuerte”, puntualiza Schram.
Fotografía de portada – Norwegian