Alitalia se prepara para recibir nuevas inversiones públicas ante una inminente nacionalización

Tras fracasar los intentos de venta, improbables en la actualidad por la crisis global que impone el COVID-19 en la aviación, el Gobierno de Italia está considerando una inversión significativa que impulse nuevamente a una Alitalia estatizada. Con pocos vuelos activos, principalmente domésticos y algunos dentro de Europa, el periodo actual brinda espacio para reorganizar el futuro más inmediato de la línea aérea.

Según diversas fuentes de prensa, Italia se estaría dando un periodo de un mes para definir la reactivación. El plazo apunta a preparar la compañía aérea para la temporada de verano cuando se espera que el país reabra su economía después de meses de estar afectada por la emergencia sanitaria. Sin embargo, no hay certezas de que esto pueda manifestarse de la forma que espera el Gobierno, considerando que, ante una gran crisis económica global, el turismo será un sector que podría seguir deprimido por un tiempo adicional y de activarse, el temor que pueda existir entre algunos viajeros de considerar a Italia como destino.

Si bien no hay mayores detalles de la estrategia adoptar, parece haber consenso de que la nuevamente nacionalizada Alitalia tendría un tamaño mucho menor a la actual. De partida, se estaría iniciando con una flota conformada por 25 y 30 aviones que corresponde a una cuarta parte de la compañía de marzo. Por consiguiente, la reducida red de destinos en comparación con sus pares europeos, sería menor probablemente limitada a los vuelos intercontinentales.

Las cifras operacionales de la línea aérea indican que a red intercontinental es la que venía aportando los mayores ingresos. Sobre esa lógica, debiera ser este segmento el que sienta la base de la compañía hacia el futuro. En segundo lugar, estarían las rutas medias como alimentadoras de la red intercontinental y, finalmente, los tramos domésticos.

La recuperación o mantención de los vuelos de larga distancia depende de cómo los administradores negocien con las empresas de leasing la composición de la flota. En marzo, Alitalia se ve en la obligación de reducir las rutas a Santiago y Seúl (ICN) por la devolución de dos Airbus A330-200 y un Boeing 777-300ER que obliga a una mayor utilización de la flota B777-200ER para compensar la operación y considerar a San Francisco como nuevo destino por su mejor perspectiva.

Otros factores que entregas ventajas a la red intercontinental por sobre de los tramos medios o de corta distancia, es la ausencia de competidores que dan cierta ventaja. Independiente de las compañías aéreas de otros países que tienen servicios a Italia, Alitalia corre en la actualidad sola en este tramo, especialmente tras la quiebra de Air Italy.

Por estar afectas a una fuerte competencia, especialmente desde el segmento de bajo costo y tarifas bajas (LCC, por sus siglas en inglés), las rutas medias y domésticas no debieran ser una prioridad por brindar menos oportunidades. Para algunos, incluso es el propio Gobierno uno de los culpables de dar “ese dolor de cabeza” a la principal empresa aérea italiana al permitir que muchas LCC operen desde aeropuertos principales en lugar de los secundarios. Además, en rutas domésticas existe la red ferroviaria italiana, importante medio de transporte en el país.

Recientemente, la administración actual ha aprobado una ayuda directa para sector aéreo ante la emergencia por €500 millones, el cual la mayoría estaría destinado a Alitalia dejando sin efecto la ayuda. Dicho mecanismo, puede ser interpretado como una forma de ayudar a la firma sin entrar en conflicto con la normativa europeo generando eventuales controversias políticas u opiniones contrarias por la preferencia de Alitalia por sobre otras compañías aéreas.

Con pérdidas por años, los aportes estatales son el principal mecanismo con el cual Alitalia ha asegurado su operatividad, especialmente desde el retiro de Etihad de la administración. Ya se había advertido que los préstamos anteriores serían los últimos que el Estado podía realizar ya que de continuar serían “ilegales” por ser competencia desleal. Ya un préstamo estatal por €900 millones fue motivo para abrir una investigación para verificar si se trataba una ayuda de esas características.

Para la actual administración política, el rescate de Alitalia es un objetivo político comparable al caso argentino con Aerolíneas Argentinas. En ese sentido, evitar el cierre toma fuerza para reducir las probabilidades de un descontento social desde el sector aeronáutico por las pérdidas de empleos, especialmente si se considera los que ya están desvinculados por el cierre de Air Italy. Si bien la intención final de volver a privatizar la empresa estaba en agenda, surge la posibilidad de que ese objetivo haya perdido importancia, especialmente ante los fracasos de los distintos procesos y cualquier opción de esta característica incluía una reducción de la fuerza laboral.

Fotografía portada -Alfredo Vera

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