En medio de la mayor crisis de la aviación, el debate sobre la ayuda que deben dar los Gobiernos al sector toma la agenda pública. Mientras algunos países tienen acordadas distintas formas de ayuda a la industria, con medidas directas a sus líneas aéreas, en otros la posibilidad de un rescate genera discusiones. Según Gabriela Peralta, gerente general de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) para Chile, el tema ha dejado de lado un análisis que hasta la fecha no se ha considerado del todo. En una carta dirigida a la comunidad y medios de comunicación, plantea la interrogante “¿por qué no ayudar?”.
“Nuestro sistema aeronáutico es determinante en la integración de todo el territorio y de su población, con 47 rutas nacionales y 65 destinos internacionales que nos unen con el resto del mundo, facilitando el turismo, el traslado de personas y mercancías, el desarrollo de negocios y la productividad”, dice. Al detallar la cadena asociada, menciona que el transporte aéreo es un importante creador de fuentes de trabajo, sea directo e indirecto, sustentando casi 200 mil empleos en el país.
Además del rubro de las aerolíneas y los aeropuertos –que son más naturalmente asociados por la población a la actividad aérea-, la ejecutiva muestra que hay varios rubros altamente dependientes del transporte aéreo en lo que respecta catalizador de fuentes de trabajo. Entre estos están los servicios públicos, los servicios de tierra, catering, agencias de viaje, hoteles, restaurantes, museos, guías turísticos, tour operadores y muchas otras personas ligadas al rubro- la gran mayoría en pequeñas y medianas empresas (PYMES).
“Ayudar a la industria aérea es apoyar a una cadena de valor que incluye compañías de tamaño familiar o corporativo, en una gran variedad de sectores. Gracias a la posibilidad de cubrir grandes distancias en tan solo horas, productos nacionales como salmones y frutas siguen siendo comercializados en el extranjero, generando importantes beneficios para nuestro país y sus personas, puestos de trabajo y desarrollo de comunidades”, menciona.
En medio de la emergencia, el valor del transporte aéreo cobra importancia, especialmente el de las líneas aéreas que en un país como Chile son el principal mecanismo de conectividad. Las características del territorio y la realidad geográfica del país en el mundo, hacen que los aviones sean un mecanismo esencial de comunicación. Cualquier otra opción es limitada en tiempo y forma para funcionar en un mundo globalizado.
“Las aerolíneas también tienen un rol importante para garantizar el abastecimiento, el traslado de mercancías, medicamentos e insumos médicos, órganos para trasplantes, muestras biológicas, médicos y personal necesario hasta zonas más remotas, tan necesario en estos días. Así como divisas, documentos valorados y encomiendas. Sin la aviación no habría repatriación, por ejemplo. trabajo esencial que hoy están cumpliendo nuestras líneas aéreas”.
Frente al debate que genera la posibilidad de ayudas al sector de parte de los Gobiernos, manifiesta que en la actualidad la prioridad está en prevenir la expansión del virus, cuidar a los enfermos y erradicar la pandemia. Sin embargo, advierte que para ello es fundamental mantener a la industria aérea operando. “Sin ella, no llegarán las vacunas ni los medicamentos a tiempo, se limitará el abastecimiento, las importaciones y exportaciones, entre otras urgencias”.
De acuerdo con IATA, el transporte aéreo aporta US$7 mil millones al PIB, de los cuales US$1,9 mil millones son atribuibles al turismo. Las estimaciones afirman que las compañías aéreas perderán este año en Chile unos US$1.849 millones comprometiendo directamente a 11.474 puestos de trabajo en el país y hasta más de 47.000 de empleos indirectos. La crisis golpeará también al Estado, que verá reducidos sus ingresos si se pierde fuerza laboral, además de comprometer al sector importador y exportador del país.
“Invito a que cuando se hable de aviación, se vea como un todo. El valor de la aviación para el desarrollo social, económico y cultural es invaluable. Ver la fila de aeronaves estacionadas en el aeropuerto de Santiago no es solo una imagen para la historia, es una señal de alarma – falta de conectividad, desempleo y lentitud en el abastecimiento que, más temprano que tarde, nos podría afectar a todos los chilenos. Entonces, ¿Por qué no ayudar?”, puntualiza Peralta en su mensaje.