América Latina ve una reducción de 65% de rutas internacionales por crisis y sus líneas aéreas podrían sobrevivir como máximo 10 meses

Autor: Ricardo Delpiano

Con la imposición de cierre de fronteras decretado por los distintos Gobiernos en la región, las líneas aéreas se encuentran limitadas en sus operaciones obligándolas incluso a suspenderlas totalmente. El escenario es el más adverso para la industria aérea en toda su historia. Nunca antes se había registrado una paralización a escala global con un nivel de incertidumbre que sólo entrega las proyecciones más en contra para todos.

Según la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), la crisis económica global producto del COVID-19 está generando que, por primera vez desde la crisis del 2008, el Producto Interno Bruto (PIB) global sea negativo. Citando al Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), la situación actual está produciendo que diariamente un millón de personas pierdan sus empleos en la industria de viajes y turismo en todo el mundo. En América Latina, la industria de viajes y turismo genera 18,9 millones de empleos y aporta el 9,3% del PIB de la región. “La industria de la aviación mueve al mundo. No solamente conectando personas, sino impulsando cientos de industrias a través del comercio, turismo, empleos y conectividad”, señalan desde ALTA.

De acuerdo con las nuevas estimaciones de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), las aerolíneas alcanzarán pérdidas por US$252 mil millones por tráfico de pasajeros con una reducción del 38% en el tráfico pago (RPK) global. En América Latina y el Caribe, se estima una caída del 41% del RPK y un incremento de pérdidas estimadas US$15 mil millones. Las cifras consideran un escenario de tres meses de restricciones gubernamentales a los viajes y una recuperación económica gradual.

Entre las restricciones de los Gobiernos, las suspensiones de los servicios aéreos y las reducciones realizadas por las líneas aéreas para afrontar la caída drástica de la demanda hacen que los países de América Latina y el Caribe vean una contracción del 65% en los viajes internacionales en las últimas semanas de marzo. Algunas reducciones alcanzan al 99% en algunos aeropuertos. “Algunos de nuestros principales hubs como Tocumen en Panamá, Quito y El Dorado en Bogotá están completamente parados atendiendo solamente vuelos humanitarios”, precisan.

De acuerdo JP Morgan, si todas las líneas aéreas latinoamericanas cancelan el 100% de sus itinerarios por un tiempo prolongado, sobrevivirán entre tres a diez meses como máximo dependiendo de la realidad de que cada una. Este escenario se reafirma con las recientes proyecciones de Santander CIB que incorpora un 77% de probabilidad de quiebra para GOL, un 76% para Copa Airlines y un 70% para Azul y LATAM Airlines Group. Según la última entidad, Aeroméxico y Volaris están en una posición más favorable con una probabilidad de 19% y 53%, respectivamente.

Destacando la importancia de la aviación en el funcionamiento de los países, ALTA refuerza el llamado a los Gobiernos de los distintos países de América Latina y el Caribe sobre la urgencia de implementar medidas temporales de importancia crítica para sostener a la industria aérea durante esta crisis. La Asociación regional señala que estas acciones son necesarias para viabilizar la recuperación económica de toda la región mediante la reactivación del transporte aéreo y el turismo una vez superada la pandemia.

ALTA solicita a los gobiernos implementar de forma asertiva y oportuna las siguientes medidas: 1) brindar alivio financiero a la industria mediante la inyección de flujo de caja y la reducción y/o exención de impuestos, tasas y cargos a las aerolíneas, aeropuertos, proveedores de navegación aérea y servicios asociados a la operación aérea que en conjunto apoyarían el regreso de los vuelos; 2) Facilitar la renegociación de deudas, refinanciación y líneas de crédito; 3) Ajustar condiciones laborales como medida de contingencia y aliviar las cargas sociales; 4) Facilitar el tráfico de carga mediante agilización del trabajo administrativo y reducción de costos; 4) Flexibilizar reglas para que la industria pueda operar rápidamente con normalidad una vez pasada la contingencia.

Al igual que IATA, insta a los Gobiernos latinoamericanos a actuar con agilidad y asertividad para salvaguardar los empleos de manera inmediata, garantizar un servicio aéreo vital como lo es el transporte aéreo de mercancías, esenciales, personal e insumos médicos, así como garantizar la sostenibilidad de una industria impulsará la recuperación económica global. “Está en manos de los Estados proteger esta industria clave para el desarrollo de la región y de múltiples industrias que dependen del transporte aéreo”, señalan en ALTA.