En el marco de un intento de generar nuevas relaciones político-diplomáticas, Estados Unidos a través de Boeing ha cerrado un acuerdo estratégico con la República Popular China, para cooperar en distintos ámbitos aeronáuticos y ayudar a las respectivas industrias a enfrentar el escenario global.
La visita del Presidente de China, Xi Jinping, a los Estados Unidos –y a la propia fábrica de Boeing en Seattle- en septiembre, fue la instancia adecuada para anunciar la alianza estratégica. Bajo el apoyo directo de sus respectivos Gobiernos, Boeing, Commercial Aircraft Corporation of China, Ltd. (COMAC), China Aviation Supplies Holding Company (CASC) y Aviation Industry Corp. of China (AVIC), se han comprometido a avanzar juntos en el desarrollo del sector aeronáutico además de generar barreras defensivas y principalmente lazos que unan a ambos lados del Pacífico.
Dennis Muilenburg, presidente y consejero delegado de Boeing, agradeció la confianza que China ha depositado en la compañía durante tanto tiempo. “La visita del Presidente Xi supone un nuevo capítulo en la valiosa relación entre Boeing y China”, declaró Muilenburg. “Desde Boeing nos comprometemos a profundizar y estrechar aún más nuestra colaboración con China, tan beneficiosa para ambos, y que traerá resultados positivos tanto para Boeing como para nuestros socios chinos”.
“Boeing seguirá trabajando estrechamente con sus clientes, proveedores y otras partes interesadas en China para apoyar el crecimiento a largo plazo del sector aéreo del país y los puestos de trabajo aquí, en Estados Unidos”, reafirmó en esa ocasión Ray Conner, presidente y consejero delegado de la división Boeing Commercial Airplanes.
La primera alianza alcanzada entre ambos países es la carta de intenciones que Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (NDCR, por sus siglas en inglés) realizó a Boeing para establecer “pilares de colaboración” en el largo plazo en materias de cooperación industrial, desarrollo continuado de un sistema de transporte aéreo mediante entrega de aviones y servicios de Boeing a China, desarrollo de tecnologías para disminuir el impacto de la aviación en el medioambiente, formación de liderazgo en la aviación china y una cooperación continua en materia de seguridad, eficiencia y capacidad en el sistema aeronáutico del gigante asiático.
La ayuda de China y su creciente mercado puede ser interpretada como un mecanismo para que Boeing -y Estados Unidos-, pueda retener participación en el mercado aeronaves frente al avance de sus competidores. Así se entiende el acuerdo general para la compra de 300 aviones por parte de CASC por un valor de US$ 38.000 millones a precio de lista, el cual incluye 190 B737 para aerolíneas chinas, 60 B737 para las compañías de leasing ICBD y CDB Leasing y 50 aviones de fuselaje ancho. Desde la propia Boeing reconocen el rol que posee el país asiático. “China es un mercado crucial para los aviones comerciales”, comentó Conner.
Boeing y COMAC colaborarán para abrir un centro en China para la instalación de interiores, pintura y entrega final de la familia B737 para los clientes chinos. La iniciativa ayudará a crear espacio en la planta de ensamblaje de Renton en Washington para incrementar la tasa de producción de los B737 que estén destinados a otros mercados. De esta manera, Boeing podrá ofrecer entregas más rápidas a sus potenciales clientes.
El acuerdo también puede interpretarse como un mecanismo de barrera frente a la programas de aviones comerciales en desarrollo en China, los que –bajo un apoyo directo del Estado- pueden representar amenazas para programas tradicionales. La producción del Comac C919 con capacidad para 156-168 asientos es un potencial rival en China para el programa B737. Por lo mismo, se entiende los acercamientos para tener un “B737 chino” y los compromisos de compra de esta familia de aviones para las aerolíneas chinas.
“El B737 será la piedra angular de la flota china en los próximos años, y nos ilusiona poder entregar estos aviones a los clientes chinos en su propio país”, dijo Corner. Su par, Wu Guanghui, vicepresidente de COMAC, ha declarado que “esta nueva colaboración entre Boeing y COMAC impulsará el mercado del transporte comercial en China de una forma más adecuada y rápida, y beneficiará el desarrollo de las industrias auxiliares relacionadas con la puesta a punto de aviones en nuestro país, al igual que el crecimiento global del negocio de la aviación civil china”.
Boeing, COMAC y los oficiales del Gobierno chino están trabajando en un acuerdo final y anunciarán la localización de la fábrica y el calendario de las primeras entregas más adelante. Boeing, que produce actualmente una cifra récord de 42 aviones 737 al mes, aumentará la producción hasta 47 aviones al mes en 2017 y hasta 52 en 2018 para satisfacer la fuerte demanda de este modelo, el avión de pasillo único más eficiente del mundo en cuanto a consumo de combustible.
Con AVIC se firmó una declaración para mejorar la capacidad de fabricación de componentes y de montaje, el refuerzo del liderazgo, y la ampliación de la infraestructura aérea y las metodologías de AVIC, incluida la gestión de la cadena de suministros.
Finalmente y dentro del marco de cooperación entre Boeing y NDRC, se han anunciado una nueva iniciativa para convertir los residuos agrícolas de China, como olotes de maíz y la paja de trigo, en biocombustible sostenible para aviación. Según estudios realizados por el Departamento de Energía de los Estados Unidos, el biocombustible de aviación producido de forma sostenible reduce las emisiones de dióxido de carbono entre un 50 y un 80% a lo largo de todo su ciclo de vida, comparado con combustible convencional a base de petróleo.
Esta no es la primera vez que Estados Unidos recurre a la aviación para estrechar lazos que ayuden a mantener su rol hegemónico mundial dentro del esquema unimultipolar de las relaciones internacionales al mismo tiempo que ayuda a sus propias industrias a enfrentar los distintos escenarios. Ha ocurrido con países en el Medio Oriente, en Japón y ahora con China.
La alianza Boeing y el sector aéreo chino está lejos de ser una asociación comercial. Es una alianza política en el marco de “nuevas relaciones” que tanto China como Estados Unidos buscan conseguir para asegurar un equilibrio de poder en el sistema internacional y evitar de esta forma, potenciales rivalidades en cualquier sector, a pesar de que las relaciones entre ambos países todavía vive un escenario complejo.
Con una demanda prevista de 6.330 aviones nuevos, por un valor estimado de US$ 950.000 millones, China es el candidato por excelencia para ayudar a la industria aérea estadounidense y tener a este sector, como una herramienta de ayuda que beneficie al estrechamiento de lazos dentro de esquema de relaciones de equilibrio que se busca conseguir.
Boeing tiene vínculos con China para apoyar el desarrollo del sistema de transporte aéreo del país desde que Richard Nixon visitara Beijing en 1972. Hoy en día, más del 50% de los aviones comerciales que operan en China son Boeing. El fabricante estadounidense es el mayor cliente internacional del sector de fabricación de aviones del país asiático, y los proveedores chinos participan en los programas B737, B747, B767, B777 y B787. Boeing también trabaja con la industria, las universidades y otras instituciones chinas para desarrollar biocombustibles de aviación sostenibles y mejorar la eficiencia del sistema del tráfico aéreo.
Fotografía portada – Boeing