Aerocardal retira flota Do328 por panorama poco favorable para la aviación regional

A cuatro años de haber incorporado su primer ejemplar, Aerocardal culminó esta semana el retiro de sus dos aviones Dornier Do328 equipos con los cuales intentó desarrollar un concepto de aviación regional en Chile, sustentada en el tráfico corporativo.

La primera aeronave dejó el país en los primeros días de octubre mientras que la segunda fue devuelta a hoy miércoles 8 de octubre. Ambos aparatos dejaron en país utilizando matrículas alemanas.

Aerocardal incorporó su primer Do328 en octubre 2010 mientras una segunda aeronave lo hizo en agosto de 2011. Los aviones tenían una capacidad para 31 pasajeros, la más alta de toda la oferta de esta compañía, la que vuelve a quedar dedicada exclusivamente a los servicios FBO, chárter corporativo, handling y rescate aeromédico. Con su salida, la compañía ligada al grupo Kaufmann sólo mantiene en servicio las versiones Do228 de menor capacidad.

La operación de los Do328 permitió a Aerocardal desarrollar una tentativa de aviación regional, con la ruta Santiago – Vallenar entre agosto 2011 y octubre 2013. La operación se sustentaba en el tráfico corporativo generado por la actividad minera y faenas de distinta índole en el valle del Huasco en la región de Atacama.

Agrosuper (Freirina), Central Castilla, Pascua Lama entre otros proyectos, impulsaron una demanda y con ello la operación aérea. Sin embargo, la paralización de estos proyectos a través de recursos judiciales y por el impacto de movimientos políticos-sociales, generaron una caída del tráfico en un 50% haciendo inviable la operación.

Aerocardal puso fin a sus vuelos regionales el 28 de octubre de 2013. Desde entonces, la aerolínea intentó buscar nuevos nichos en el mercado para esta flota, apostando por chárter turísticos los que no consiguieron una viabilidad.

Panorama poco auspicioso para la aviación regional chilena

El desarrollo de una aviación regional sostenible en el tiempo es uno de los desafíos pendientes en Chile. Las razones que explican están ligadas directamente con el centralismo demográfico y económico del país, pero principalmente con la falta de una decisión política efectiva de parte de las autoridades para generar centros económicos en regiones que sean capaces de generar un tráfico aéreo rentable.

Aerovías DAP es la única compañía de carácter regional que ha conseguido mantenerse en el mercado, principalmente por un cuidadoso control de costos y por su ubicación “preferencial” en una zona donde la aviación constituye un elemento de primera índole para la conectividad y el servicio social.

En agosto, Nicolás Pivcevic, gerente de Nuevos Negocios de DAP, indicó a este medio que “las regiones pueden tener un alto grado de autonomía en su actividad económica y, a medida que haya descentralización en los fondos, en las decisiones sobre los capitales y algunas normativas que se puedan tomar localmente, el empresario se va a quedar en la zona”. Lo anterior contribuirá a desarrollar el tráfico para sustentar una aviación.

En el Chile actual, existen tres factores que impiden un desarrollo de una aviación regional: una distribución demográfica concentrada en la zona central del Chile (Santiago y alrededores), una concentración económica en la misma zona y la existencia de medios de transporte alternativos (buena infraestructura vial) en rutas de menos 500 Km. donde el avión carece de competencia sin que exista una demanda que justifique una operación. Lo anterior, relega este tipo de servicios aéreos sólo a demandas específicas como el caso de la minería.

A lo anterior se agrega, el alto costo operacional de aviones de menos de 90 plazas. A nivel masivo, existe la creencia que este tipo de aeronaves son ideales para vuelos de corto alcance a zonas poco pobladas o que carecen de otro tipo de servicios aéreos. Sin embargo, la escasa cantidad de plazas limitan las posibilidad de efectuar escalas tarifarias (menor precios) obligando a depender exclusivamente de precios altos (tráfico corporativo) para sustentar la operación.

Como consecuencia de lo anterior, cualquier desarrollo de rutas aéreas que no pasen por la capital o el surgimiento de una aviación regional del tipo “feeder” carecen de viabilidad en el país. La falta de decisión política en los temas de descentralización de Chile entrega un panorama poco auspicio para revertir el escenario actual al menos en el corto/mediano plazo.

Fotografía portada – Ricardo J. Delpiano

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