Aerocardal visualiza nuevos destinos en el país, aunque con importantes desafíos

Con el fin de continuar impulsando el desarrollo comercial en aquellas zonas que requieran un servicio de transporte rápido de personas y que en la actualidad no cuentan con un acceso al viaje en avión, Aerocardal proyecta extender su proyecto de aviación regional a lo largo del país, abriendo nuevas rutas comerciales.

De acuerdo a lo señalado por Ricardo Real, gerente general de Aerocardal, al Diario Financiero, las ciudades de Copiapó, Chillán, Los Ángeles y Juan Fernández figuran como los nuevos destinos en el país. Actualmente, la firma opera sólo una ruta comercial, volando tres días a la semana entre Santiago y Vallenar con aviones Dornier Do328 con capacidad para 31 pasajeros. La ruta busca atender el tráfico corporativo como consecuencia del auge de la minería, pero al mismo tiempo posee un carácter experimental de cuyos resultados depende la extensión del negocio de una aviación regional.

Durante las últimas semanas, la compañía ha estado implementando diversas estrategias comerciales y comunicativas con el objetivo de sumar nuevos pasajeros a la ruta. Por ejemplo, Aerocardal ha incrementado su publicidad en redes sociales llegando a directamente a un segmento mayor de la población. También ha reducido el precio de los pasajes en aquellos vuelos de menor demanda, con promociones que incluso se extienden hacia los estudiantes. El objetivo es conseguir una mayor rentabilidad de la operación, aunque sea con aportes marginales. También ha puesto un sitio de ventas a través de su sitio web, facilitando la adquisición de los pasajes.

Según Real, la prioridad de la empresa es consolidar aún más la ruta, cuyo factor de ocupación bordea entre el 75% y 80% con un transporte promedio de 850 personas. En septiembre, la compañía realizará vuelos chárter desde Santiago a Juan Fernández, operación que le permitirá evaluar una futura viabilidad de la ruta. En sus declaraciones, el ejecutivo indicó que actualmente Juan Fernández es un destino no muy bien explotado después del accidente del Casa 212 de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) y tiene un potencial tremendo. Aerocardal buscará operar la ruta con aviones de 20 pasajeros (Do228).

Además de Juan Fernández, las otras rutas que figuran en los planes de la empresa son Copiapó, Chillán y Los Ángeles, pero todavía persiste el desafío de contar con un tráfico que asegure la rentabilidad de la ruta.

Fotografía Ricardo J. Delpiano

Desafíos a superar

A pesar de que en la opinión pública masiva, existe una demanda por contar con una aviación de carácter regional o interregional, el transporte aéreo con aviones regionales (20 a 90 pasajeros) dentro del territorio chileno ha estado ajena a la realidad. La razón responde básicamente al alto costo-capacidad ofrecida, lo que obliga a las empresas a vender sus asientos a un valor alto.

Esta situación reduce el tráfico de pasajeros regional sólo a un segmento exclusivo de la población que está dispuesto a pagar un precio alto por un servicio de transporte, en este caso el pasajero corporativo. Por lo anterior, la aviación regional necesita que los destinos sean capaces de generar un tráfico rentable aportando un volumen de tráfico considerable de pasajeros con alta disposición a pagar precios altos por un pasaje.

Comúnmente, se menciona que un aparato “ideal” para atender los mercados de menor demanda, son los aviones inferiores a 90 plazas. Sin embargo, por las razones mencionadas, no siempre resulta para sostener una operación aérea rentable debido a que el operador necesita cubrir los costos operacionales con una cantidad menor de asientos, lo que implica venderlos a un mayor precio y con menor capacidad para ofrecer promociones. No así con aviones de mayor capacidad.

Aerocardal ha descartado por ahora adquirir aviones de mayor tamaño para sus vuelos comerciales. “Queremos seguir operando en rutas nicho, como Vallenar…”, señaló Ricardo Real al diario. También descartó competir con las demás aerolíneas en Chile.

Bajo este escenario, dos aspectos emergen como elementos claves y que pueden ofrecer oportunidades para alcanzar los objetivos fijados por la empresa: continuar por la senda del tráfico corporativo y estudiar explotar el negocio del turismo exclusivo de más alto nivel. En ambos, la compañía puede volcar su experiencia como operador FBO. También puede continuar diversificando su negocio con el objetivo de conseguir un colchón financiero que de sustento a los nuevos emprendimientos.

En el escenario político que enfrenta el país, producto del intenso clima electoral, Aerocardal menciona que la inversión en el país “se ha detenido y siente un frenazo”. Real menciona que a pesar de que llegan aviones ejecutivos “los empresarios no concretan”, debido a que están esperando ver qué sucederá en el país en los próximos meses.

Avanzar en nuevas inversiones

Con el fin de adecuarse la nueva expansión, Aerocardal invertirá en la construcción de un nuevo terminal de pasajeros que reemplazará al actual. El nuevo edificio contará con un terminal privado con divisiones para vuelos nacionales e internacionales y permitirá atender de mejor manera a los pasajeros y clientes.

Como parte de esta inversión, la compañía está ampliando su área operativa con la construcción de dos hangares nuevos, además de ampliar la plataforma de estacionamiento de aeronaves. Recientemente y luego de tres meses de trabajos, Aerocardal culminó la construcción de su nueva plataforma, la que complementará a la actual.

La ampliación forma parte de una ampliación de la concesión que la empresa posee con la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC Chile) y aumentará la superficie total a casi 11.000 metros cuadrados. La nueva plataforma permitirá a Aerocardal atender a aviones de 120 toneladas o más.

La inversión general de todas las obras a realizar está estimada en US$ 12 millones en un plazo de cinco años.

Proyecciones

Aerocardal espera para este año cerrar con una facturación de US$ 20 millones. Según Real, la empresa ya ha conseguido la mitad. De todas las líneas de negocio que atiende, el 30% de los ingresos esperan que sean de los vuelos aeromédicos, 20% de los vuelos ejecutivos, 12% de los vuelos regulares comerciales, 20% del negocio FBO con clientes extranjeros, 5% del mantenimiento y 5% como consecuencia de las representaciones de marcas (Cirrus, Embraer, por ejemplo). La empresa espera superar en un 16% lo alcanzado en 2012.

Fotografía portada – Ricardo J. Delpiano

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